Salvino
Ricardez Hernández:
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El líder de la Sección 29 Eddy Rojas y sus agremiados celebran expropiación. |
Cada 18 de marzo
desde 1938 los mexicanos celebran la valentía del entonces presidente de la
República Mexicana Don Lázaro Cárdenas del Río, quien enfrenta a las poderosas
empresas petroleras que eran las encargadas de explotar los yacimientos del
hidrocarburo, y quienes se quedaban con casi toda la producción que enviaban a
sus países de origen, con este decisión Tata Lázaro enfrentó la más grave
crisis de la posrevolución al determinar acabar con el monopolio de las
compañías estadounidense y británicas.
Los secretarios
generales de las 36 secciones que conforman el Sindicato de Trabajadores
Petroleros de la República Mexicana (STPRM) que lidera el señor Carlos Romero
Deschamps, llevaron a cabo en sus respectivas ciudades donde se ubican, las
celebraciones de tan importante hecho sucedido hace 81 años. Los trabajadores
petroleros desfilaron por las principales calles recordando a sus compañeros de
1938, quienes exigieron en esos tiempos
se respetaran sus derechos laborales.
Desde muy tempranas
horas del lunes 18 de marzo, el Secretario General de la Sección 29 del STPRM
del municipio de Comalcalco, Eduardo Alain Rojas Cobos, marchó con sus
compañeros sindicalizados por las avenidas Juárez y Morelos como lo vienen
haciendo cada año en estas fechas conmemorativas. La marcha finalizó en el
campo deportivo denominado “PEMEX” donde se concentró todo el grueso de los
participantes, en el lugar el líder petrolero Eddy Rojas dio su discurso y
agradeció a los asistentes su asistencia y solidaridad. Posteriormente se rifo
dinero en efectivo entre los trabajadores de planta, transitorios y jubilados.
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Discurso del Secretario General del STPRM. |
El secretario general
Rojas Cobos dio breve discurso sobre la Historia de la Expropiación: todo
comenzó prácticamente en 1876 en cuanto a la exploración, explotación, consumo
y distribución. Los trabajos se iniciaron en el Golfo de México, en los estados
de Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí, desde 1906 de manera intensiva.
Llegaron compañías de Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda estas recibieron
amplias concesiones para explotar los yacimientos petroleros. Hacia finales de
los sucesivos gobiernos de Porfirio Díaz, la actividad en este ramo no era del
todo significativa para el País, sin embargo las compañías extranjeras obtenían
altos dividendos para sus naciones
Tras la revolución de
1910, hubo la necesidad de controlar la actividad petrolera y el presidente
Francisco I. Medero inició con la regulación de la actividad en cuanto a los
pagos de los impuestos. En el periodo del General Victoriano Huerta (1913-1914)
el gobierno Yanqui intervino para que las compañías no pagaran gravámenes ni
hubiera regulaciones. Con la llegada de Don Venustiano Carranza al poder, de
laboro para estatuir un régimen administrativo que regulara la actividad. Ya en
el Plan de Guadalupe en sus adiciones del 12 de diciembre de 1914, el
constitucionalismo estableció la necesidad de una legislación petrolera
nacionalista.
Sin embargo el 19 de
marzo de 1915 se creó una Comisión Técnica del Petróleo para organizar los
movimientos del ramo en el país, que dio como principio establecer las
relaciones del gobierno con las compañías que actuaban en el territorio. En el
mes de abril de 1916 este organismo dio a conocer un informe que fijo la
necesidad de que la riqueza del subsuelo se restituyera como dominio de la
nación. Lo anterior incidió radicalmente para que en la constitución de 1917,
en el párrafo IV del artículo 27, se estableciera la restitución a la nación de
los derechos de propiedad sobre el suelo y el subsuelo, relacionados con el
hidrocarburo. Nulificar los derechos adquiridos por las compañías extranjeras
en el gobierno de Porfirio Díaz fue la intención de este párrafo constitucional
y así lo reconocería la historia de la posrevolución.
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La familia petrolera reconoce el liderazgo de Carlos Romero Deschamps. |
La ley reglamentaria
del artículo 27 constitucional todavía tardo varios años en promulgarse, por lo
que los conflictos entre los gobiernos de Venustiano Carranza, Adolfo de la
Huerta y Álvaro Obregón con las empresas petroleras fueron materia de discusión
entre la opinión pública, pero sobre todo enfrentamientos con los Estados
Unidos principalmente. La regulación de los impuestos fue otro tema con serias
polémicas, mientras que la aplicación retroactiva del artículo 27 provocó
serios conflictos diplomáticos legales y judiciales.
Los llamados
convenios de Bucareli de 1923, entre los gobiernos de México y Estados Unidos, se discutieron en torno
a la aplicación retroactiva de la ley en los ámbitos de minería y petróleo,
pero también respecto a los impuestos que se aplicaban a las compañías
norteamericanas. Los pactos extraoficiales obligaron al presidente Obregón a
disminuir gravámenes y a retrasar la ley reglamentaria nacionalista.
Ante la disminución
de impuestos provenientes de la actividad petrolera y la actitud estadounidense de confrontación, el presidente Plutarco Elías Calles determinó acelerar la promulgación de la ley
reglamentaria del párrafo IV del artículo 27 constitucional con la autorización
del Congreso de la Unión, que la aprobó en noviembre de 1925. Allí se plasmó que
las compañías petroleras debían de renovar y confirmar sus concesiones, pagar más
impuestos y sujetarse a las disposiciones legales dispuestas por el gobierno
mexicano. Se encendió la querella de las empresas estadounidenses, británicas y
holandesas, la cual se prolongaría hasta el sexenio de Lázaro Cárdenas.
Durante una década
las compañías petroleras extranjeras intentaron impedir la formación de
sindicatos obreros, pero por fin el 27 de diciembre de 1935 se fundó el
Sindicato de Trabajadores de la República Mexicana (STPRM) que posteriormente
sería parte fundamental de la Confederación de Trabajadores de México y, por lo
tanto, se tuvo que acordar un contrato colectivo de trabajo que estatuye los
derechos de los petroleros, incluyendo la huelga.
En noviembre de 1936 el recién formado sindicato emplazó a las compañías para negociar un contrato general que estableciera la
jornada semanal de cuarenta horas, pago de mejores salarios, así como la
cobertura por enfermedades y gastos por accidentes de trabajo, entre otros. La
intransigencia de las empresas petroleras llevaría a una huelga general el 28
de mayo de 1937 que paralizó la industria.
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Petroleros de la Sección 29 se solidarizan en estas festividades. |
Las petroleras
dijeron que no tenían los recursos para sufragar las demandas de los
trabajadores, pero una comisión de peritos concluyó que los beneficios de las
compañías eran muy superiores y podían cubrir la demanda de los obreros. Las
corporaciones enfurecieron y tuvieron que afrontar un juicio ante la junta de
Conciliación y Arbitraje el 18 de diciembre, cuyo resultado fue que tenían que
erogar veintiséis millones de pesos de salarios caídos por la huelga de mayo,
que había sido rota por la mediación del presidente Cárdenas.
El mismo 1936, en el
mes de noviembre, se dio a conocer la ley que reglamenta en derecho
constitucional del gobierno a expropiar, por causas de utilidad pública,
empresas y propiedades en beneficio de la nación. Esta legislación también fue
aplicada en la expropiación de Ferrocarriles Nacionales de México en junio de
1937, con lo que se soluciono la huelga de los trabajadores que exigían el pago
del séptimo día de la semana. Esta ley sería fundamental para lo que sucedería
en marzo de 1938.
La mañana del 18 de
marzo de 1938, la Junta Central de Conciliación y Arbitraje emitió un Laudo con
el que rescindió el contrato colectivo de trabajo entre las empresas y el
sindicato petrolero, como una medida que solucionaría en conflicto
obrero-patronal y para liberar de sus obligaciones a los trabajadores. Raudos y
veloces, los representantes de las compañías se entrevistaron con Lázaro
Cárdenas para exigirle que cumpliera con el fallo de la Suprema Corte de
Justicia y subirán los salarios de los obreros. Sin embargo el jefe del
ejecutivo les contestó que ya era tarde y que tomaría medidas extremas. La
negociación de los dirigentes de las petroleras con Cárdenas no menguó el
conflicto. Ante esta determinación los gerentes amenazaron al Estado mexicano
con retirar la inversión de sus capitales y abandonar el país, bajo la
protección de sus respectivos gobiernos. Por lo que el presidente tomó medidas
legales para defender a los tajadores petroleros, pero también para aplicar la
ley.
Y llegó el día
esperado para la nación mexicana, el 18 de marzo, a las diez de la noche y
apoyado por su gabinete, la Suprema Corte de Justicia y el Congreso de la Unión,
Cárdenas del Río dio a conocer el decreto de expropiación de todos los bienes
muebles e inmuebles que pertenecían a diecisiete compañías petroleras inglesas,
estadounidenses que operaban en México.
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Los trabajadores petroleros demuestran su afecto a su secretario general. |
La expropiación, por
causa de utilidad pública, implicó el dominio absoluto del Estado mexicano
sobre los bienes petroleros en el territorio nacional, además de representar un
corte tajante ante supuestos derechos previos a la constitución de 1917 y
pactos extraoficiales, como los convenios de Bucareli de 1923 o el régimen que
se estableció con la ley callista de 1925 y su reforma de 1928
Las concesiones a las
compañías expropiadas quedaron sin efecto y su operación fue cancelada. El
decreto también reforzó la acción contundente en torno a la propiedad de la
nación sobre los productos del subsuelo que se había legislado en el marco de
nacionalismo revolucionario.
El 19 de marzo, los
trabajadores petroleros tomaron posesión de las instalaciones de las compañías
expropiadas y el gobierno expidió otro decreto que terminó la conformación del
consejo administrativo del petróleo, con la intención de coordinar la
administración temporal de los bienes y las actividades de los consejos
establecidos con las secciones sindicales. Vicente Cortés Herrera fue designado
gerente general de ese organismo. Igualmente, se instituyó en Fondo de
Cooperación Nacional para conformar y reunir, organizadamente el pago de las
indemnizaciones a las compañías expropiadas. Concluyó el líder de la Sección 29
del STPRM Eddy Rojas Cobos.
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La celebración siguió
su curso durante más de tres horas, tiempo que duró la rifa de los incentivos
en efectivo a los trabajadores de cada uno de los departamentos que constituyen
esta gran familia petrolera, Fueron 13 rondas en las que compitieron todos
empleados del sindicato, los de planta, transitorios y jubilados.
Cuando finalizó el
magno evento petrolero, el secretario general Eddy Rojas fue vitoreado por sus compañeros y
uno a uno fueron despidiéndose de él. Así queda demostrado el liderazgo que lo
ha mantenido al frente de esta sección 29 anclada en el corazón del municipio
de Comalcalco.